Vienen por todxs: persecución política y reacción neoliberal en Ecuador

ascos
Martes 5 de Noviembre de 2019

Tras el Paro Nacional de octubre, con una victoria parcial, necesaria y fundamental en el proceso de acumulación de fuerzas de los sectores populares con el Movimiento Indígena como vanguardia; la clase dirigente: los sectores fascistas y reaccionarios de la burguesía, han desplegado todo su arsenal legal y comunicacional para criminalizar la resistencia contra el neoliberalismo. Pese a la contundencia de la movilización, cuyo desenlace terminaría en la derogatoria del decreto 883, no existió la fuerza suficiente para inclinar la balanza hacia el bando popular y restar así cualquier capacidad de maniobra del Estado para devolver el golpe.

Nada sucede en vano en la historia. El pueblo, tras las jornadas de octubre, ha identificado claramente de donde vienen las órdenes para golpear el bolsillo de la clase trabajadora, así también ha reconocido como el proceso de montaje y persecución, en su momento iniciado contra lxs dirigentes de la Revolución Ciudadana (Paola Pabón, Virgilio Hernández, Christian Gonzalez, entre otrxs); ahora se desarrollo contra los principales líderes del Movimiento Indígena (Leonidas Iza, Jaime Vargas). Persecución que se enmarca dentro de una estrategia para salvaguardar los compromisos que el Estado ha adquirido con el Fondo Monetario Internacional (FMI), a la vez que expresa con absoluta claridad la agudización de la lucha de clases en el país y la región.

El Estado ecuatoriano ha entrado en un proceso de descomposición irreversible, resultado de la entrega del aparato estatal a la oligarquía guayaquileña, de “recuperar” las relaciones con Estados Unidos, y embarcarse en el proceso de liberalización agresivo de la economía nacional. Estas transformaciones que caminan en dirección contraria a los derechos humanos y la democracia liberal, necesitan de un aparato de seguridad con capacidad de imponer por la fuerza la agenda neoliberal.

Este proceso ya lo habíamos visto venir desde el anterior año con el paso de mando de los mecanismos de seguridad del Estado de organismos civiles a policiales y militares, la creciente asesoría estadounidense posterior a los sucesos de Esmeraldas, el “retorno” de la Doctrina de Seguridad Nacional, etc. Al punto que el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y el mismo ministro Jarrín, aseguran la “existencia” de grupos “subversivos” que “operaron”, "organizaron" y “financiaron” el Paro Nacional, desde “correístas” a indígenas. Entre estos “grupos” se encuentran medios de comunicación alternativos, universidades que funcionaron como centros de paz y acogida, cocinas populares, voluntarixs sanitarixs, etc.

Quienes continúan tratando de desenmarcarse de los “terroristas correístas”, y demostrar que fueron lxs manifstantes “buenxs”, no avanzan a comprender el momento político, bien sea por torpeza política o por abierta simpatía con el discurso de Moreno, Nebot y Lasso. Simplemente la contradicción correísmo – anti correísmo ha sido borrada de la realidad tras el despliegue represivo. Hoy, irónicamente, podemos decir que primero fueron por lxs correístas, luego por lxs indígenas, y finalmente por todxs. Así es el capitalismo.

En estos momentos y con absoluta claridad la contradicción de clases se perfila en dos bandos: neoliberalismo versus anti neoliberalismo, ricos versus pobres, dictadura versus democracia. ¿De qué lado está usted?

 

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