De por qué transformar el sujeto histórico del feminismo
En este artículo introductorio, presento un acercamiento a la problemática de cómo el surgimiento de individuos y colectivos de varones autoidentificados como feministas y antipatriarcales, pone en discusión el sujeto histórico del feminismo. La intención del texto es desbloquear la tradición representativa del feminismo, que se refirió a un feminismo desde y para las mujeres. Como ejercicio feminista que siempre debemos hacer, yo me enuncio desde un feminismo marxista radical animalista y popular, en este sentido, creo que el feminismo debe ser una teoría política con miras a una transformación social, en el que todos los cuerpos e identidades sean bienvenidas, y en la que ninguna jerarquía sea posible. Bajo esta lógica, el texto se enuncia desde una política de localización, que intenta rescatar el valor de la experiencia de cada sujeto, en la construcción de claves colectivas de transformación social.
Para poder entender el surgimiento de subjetividades feministas desde cuerpos masculinos, hay que comprender que las masculinidades, cómo cualquier otro hecho social (lo bello, por ejemplo), son construcciones históricas y culturales. En este sentido, no existe una esencia de lo masculino, por lo que todo lo que conocemos en el mundo social como masculino y hombre, no es inherente a ninguna naturaleza. Lo que sí existe, es un cerco cultural, de conocimiento y de cómo le damos sentido al mundo, que se rige bajo la lógica capitalista-patriarcal criminal. En el caso de los varones, quien encabeza la jerarquía, es el que ejerza la masculinidad hegemónica (Connell 1997), con mandatos de hombría y virilidad; mientras que los otros varones van a ocupar posiciones subordinadas y marginales, que suelen ser cómplices y legitimadoras de esa masculinidad hegemónica patriarcal. Sin embargo, una cuarta posibilidad se contiene, la de colocarse en una posición disidente, que cuestione, resista y subversione el cerco epistemológico patriarcal.
Desde esta perspectiva en que los varones también pueden generar procesos que deconstruyan al cerco del sistema patriarcal impuesto, es que se genera la posibilidad de varones como sujetos políticos del feminismo. Precisamente porque el feminismo no solo es una retórica discursiva, sino que es un ejercicio político permanente, tanto en una dimensión colectiva, como en una dimensión individual que se encuentra en una dialéctica constante: Revoluciona mientras se revoluciona. Con este fin, trato de retomar la metodología feminista del Inventario de Huellas, que plantea la figuración feminista del nómade (Braidotti 2004): Figuración es el nombre que desde la teoría feminista se le da a la activación política y a la subversión subjetiva, es decir, a la lucha colectiva e individual por romper el sistema de conocimiento patriarcal. En este sentido, el Nómade, es un método para leer las experiencias de localización de los sujetos, en el proceso de construcción de una consciencia crítica a los modos de pensamiento y conducta normativos.
Retomo esta metodología, porque dibuja los movimientos de los sujetos y permite dar cuenta de sus sensaciones, conflictos, toma de consciencia, simultaneidades, auto-críticas y contradicciones en el proceso de devenir feminista. Es decir, rescato la idea de que las personas no “somos”, sino que “Vamos siendo”. En este sentido, a los sujetos varones que se autoidentifican como feministas y antipatriarcales, el feminismo les interpela en un plano individual, que se expresa a través de la insistencia en transformar su vida cotidiana y sus relaciones personales. Así como en un plano colectivo, en el que la politización de la identificación feminista es la clave para crear marcos de sentido y acción colectiva. Estas dos dimensiones se fusionan en el principio feminista más relevante: Lo personal es político.
Reconozco como legítima la cautela y sospecha con la que muchos feminismos miran a estos sujetos varones identificándose y enunciándose desde el feminismo, porque permite discutir acerca de los conflictos que enmarcan este tipo de sujetos. Sin embargo, también cuestiono una posición feminista radical, en cuanto como movimiento, nuestra intención siempre es la hegemonía y la refundación de la norma, por lo que en efecto, todas las subjetividades deben ser interpeladas a la revolución feminista. Así como considero un tipo de violencia simbólica, el retirar a los sujetos de las disidencias masculinas, femeninas y sexo-genéricas, del derecho más elemental de todos y por el que los feminismos han dado una lucha incansable: La autodeterminación.
Cómo abrebocas a discusiones más profundas y extensas acerca del tema, termino este artículo planteando que las experiencias de varones auto-identificados como feministas y antipatriarcales, legitiman una transformación del sujeto del feminismo, en cuanto logran trascender las limitaciones binarias de la representación y los esencialismos que de esta se desprenden. A través de este artículo-manifiesto, se expone la potencialidad epistemológica y política de las categorías sexo, género, mujer, hombre, cuerpo, disidencia, deseo y sujeto del feminismo, para los estudios del género y las teorías feministas.
Bibliografía
Braidotti, Rosi. Feminismo. Diferencia Sexual y Subjetividad Nómade. Barcelona: Editorial Gedisa, 2004.
Connell, Raewyn. La organizacion social de la masculinidad. Santiago de Chile, 1997.
Connell, Raewyn, y James Messerschmidt. «Hegemonic Masculinity, Rethinking the Concept.» Gender & Society, 2005: 829-859.
Federici, Silvia. El Calibán y la Bruja. Mujeres, cuerpo y acumulacion primitiva. Quito: Traficantes de Sueños, 2010.
Haraway, Donna. Ciencia, Cyborgs y Mujeres. Una reinvención de la naturaleza. España: Ediciones Cátedra, 1995.