Por un feminismo popular: Vivas nos queremos
Cada 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, fecha que tiene como motivo conmemorar las luchas contra todo ejercicio de sometimiento, nos recuerda inevitablemente a las hermanas Mirabal. A las hermanas Mirabal las asesinó el gobierno sangriento de Rafael Leonidas Trujillo, dictador dominicano, mercenario del capital y del patriarcado. Las asesinó como tantas otras hermanas subversivas a quienes les arrebataron la vida, lxs hijos y lxs compañeros, luchando por un mundo mejor, un mundo libre de clases sociales, sexuales, raciales y étnicas.
Esta realidad latinoamericana y del sur global, resistir históricamente frente al colonialismo y al capitalismo, nos lleva ineludiblemente a reconocer y posicionarnos en una lucha que no solo defiende el derecho de las mujeres a la autodeterminación y a una vida libre de violencia, sino que nos convoca políticamente a posicionarnos desde un feminismo que destruya, desde la mismísima raíz patriarcal, al sistema de explotación capitalista en el que morimos todxs poco a poco.
Las conquistas en las calles de nuestras hermanas compañeras argentinas de la marea verde, el rechazo y acciones anti-fascistas de nuestras hermanas compañeras brasileñas nos demuestran que si bien ellxs, lxs que nos desaparecen, lxs que nos torturan, lxs que celebran impunes nuestros cuerpos violados y asesinados, han logrado tomarse los gobiernos y las leyes, nosotrxs, lxs que somos más, lxs de abajo, estamos presentes, organizándonos y en resistencia. El escenario político que se nos viene encima desde hace unos años con Macri, Moreno, Bolsonaro, Duque y demás neoliberales y fascistas no es sencillo, sin embargo, existe algo alentador, desde hace décadas no hemos visto un levantamiento masivo auto-convocado tan impresionante y potente como el que esta nueva ola feminista está tejiendo. Aprovechemos estos aires de rebeldía para articular las luchas que nos reclaman a todxs, con un proyección histórica, en el largo plazo, para construir una nueva identidad revolucionaria.
El feminismo marxista, el feminismo libertario clasista y organizado, las interpretaciones revolucionarias de millones de mujeres a lo largo y ancho del mundo, como en el Kurdistán, Venezuela, India o Filipinas, tienen la dura tarea de crear los vínculos y diálogos necesarios para interpelar a todxs lxs que somos más, a las mujeres obreras, a las del trabajo informal y del hogar, a lxs trabajadorxs sexuales, a las afro descendientes, a las indígenas, a las trans, a las lesbianas, y por supuesto, también a lxs compañerxs de las disidencias sexo-genéricas, nuestros compañeros varones antipatriarcales y feministas, a los compañeros obreros, al sindicalismo, a los hombres todos.
Es tiempo de crear discusiones y prácticas organizativas reales sobre el sujeto del feminismo. Tenemos el deber histórico de auto-convocarnos y unir fuerzas, enseñándonos unxs a otrxs nuestras experiencias, construyendo la articulación sobre la disolución de las particularidades, hecho que nos permitirá estar con toda la fuerza y en todos los frentes, en la lucha contra toda subyugación y explotación, transversalizada por el feminismo popular, la lucha de clases, el ecologismo social.
En un mundo donde las organizaciones anti derechos y los gobiernos reaccionarios proliferan, es una necesidad histórica la construcción de una nueva identidad superadora de las contradicciones y las diferencias cosméticas que pululan en ese cuerpo inexistente que hoy es la izquierda. Por la construcción de un movimiento político social, popular, clasista, feminista, anti colonial, ecologista y revolucionario, nos declaramos en pie de lucha.
Vivas nos queremos, siempre.