¿Triunfamos? Rebelión de Octubre
Estalló una olla de presión con un grito colectivo de ¡YA BASTA! Una olla que guardaba líquido fermentado por los 10 años de engaño correísta y los nuevos engaños de Lenín Moreno:
- Vamos a recuperar los 70 mil millones robados y a la fecha nada.
- Vamos a hacer que los más ricos paguen más impuestos al país y perdonan más de 4 mil millones de dólares en amnistía tributaria a las empresas y bancos más grandes del Ecuador.
- Vamos a cuidar a la casa común y solo en el Azuay nos embisten con 832 proyectos de minería metálica.
- Vamos a proteger a las y los trabajadores y todas las políticas laborales creadas en el gobierno de Lenín Moreno han sido para favorecer a los empresarios y disminuir los derechos del trabajador.
Y como si fuera poco nos clavan un paquetazo, eliminando el subsidio de la gasolina y el diésel, cuando los combustibles, sobre todo el diésel, tiene una relación directa con los productos de primera necesidad y toda la economía nacional.
En primer lugar los transportistas lanzaron una ofensiva, como de costumbre sus eternos dirigentes se vendieron, ya que están bien enseñados al poder, las “negociaciones” y la comodidad, pero no importa porque los transportistas solo encendieron la mecha, que el movimiento indígena y todas sus bases de apoyo, indígenas y no indígenas, convertirían en hoguera, lanzándose a las calles y campos.
En esta insurgencia de Octubre liderada por los pueblos originarios debemos destacar el papel de las y los estudiantes, que de las cenizas como el fénix resucitaron a la organización estudiantil que Correa y sus secuaces se habían encargado de destruir.
En el Azuay las organizaciones defensoras del agua y el páramo de Molleturo, Nabón, Tarqui y Santa Isabel fueron ejemplo de resistencia y organización para otras comunidades, pueblos y colectivos de la provincia, por estar acostumbrados a la lucha social. El paro les vino como una más de las cuantas batallas que hay que dar en contra de los malos gobiernos y el capitalismo. Las comunidades que luchan por la defensa del agua armaron campamentos al filo de la vías, las cerraron y se equiparon para aguantar indefinidamente las medidas de hecho sostenidas por la CONAIE, organización a la cual pertenecen.
Toda la movilización sirvió para informarnos del FMI y sus perversos planes en el Ecuador, a pesar de que los acuerdos firmados con Moreno siguen siendo de desconocimiento público. Otro hito importante es que esta movilización enterró políticamente y desenmascaro el racismo representado por la oligarquía guayaquileña Social Cristiana encabezada por Jaime Nebot y Cinthya Viteri, quienes promovieron la creación de “Frentes Cívicos” para defender la paz y la democracia, una paz llena de muertos, heridos, desaparecidos y encarcelados.
En lo cercano, la primera muerte fue en el Azuay la del compañero Raúl Chillpe de la comunidad de Luz María de Molleturo, quien fue atropellado por un idiota que no respetó el cierre de vías. Un estudiante de la Facultad de Artes de la Universidad de Cuenca perdió el ojo izquierdo tras ser impactado por una gas lacrimógeno.
No sabemos todavía cuántos muertos hay y no podemos confiar en los datos “oficiales” que hablan de 7 muertos, esto dice la Ministra de Gobierno María Paula Romo que ahora en las calles se le conoce como María Bala y Plomo. Las organizaciones sociales sabemos que esta cifra es por lo menos el doble y puede llegar a ser hasta tres veces más, esperamos atentos el informe de la CONAIE y Amnistía Internacional.
Durante todos los días de huelga contra el decreto 883 también hubieron algunos logros populares anti-desarrollo: en la Amazonía se paralizaron pozos petroleros y en la sierra-sur se destruyeron campamentos mineros.
En esta contienda de clases se aclararon las posiciones políticas y las orillas, toda la población tomó partido de uno u otro bando, incluyendo el bando de la indiferencia que le hacía juego a Moreno y a las “marchas blancas” de la burguesía ecuatoriana. En los medios de comunicación fue muy marcada esta diferencia, los medios tradicionales encubrieron al gobierno, desinformaron y trataron de minimizar la crisis social y las luchas populares que vivimos en Ecuador. Por su parte las personas con un celular y los medios independientes, comunitarios y autónomos como la Bocina Insurgente, Wambra o la Revista Crisis mostraron en vivo las huelgas, compartieron la voz de las calles y campos, y denunciaron con fotografías y videos la brutalidad de la represión policial.
En Loja y Azuay se crearon las Asambleas Populares Autónomas, espacios organizativos de abajo para construir poder popular, dar continuidad al proceso levantado y articular planes y acciones a nivel local, nacional y porque no internacional. Durante la huelga estas asambleas sirvieron para convocar, unir esfuerzos y tender puentes de lucha entre los lugares de cierres de vías y la presión política en los centros de las ciudades, así como evitar la presencia de infiltrados en las huelgas y controlar sus posibles actos de violencia.
Lxs estudiantes armaron centros de acopio, albergues y cocinas comunitarias, atendiendo a miles de personas que participaron en las huelgas y asistieron con víveres a varias comunidades campesinas e indígenas integrando así una lucha campo-ciudad.
Muchos presos, heridos y la criminalización no para, alrededor de 1500 personas aprehendidas y según la Defensoría del Pueblo el 80% de estas aprehensiones no siguieron el debido proceso, en pocas palabras son ilegales. Muchos dirigentes están siendo denunciados por el Ministerio de Gobierno, las diferentes gobernaciones del país y otros personajes políticos, tratando de barrer con la rebeldía. Hay listas por cada provincia de a quien perseguir y existe un desborde de maldad y obsesión con encarcelar a las y los huelguistas, especialmente a los correistas y dirigentes indígenas.
Las calles, plazas, gradas y carreteras se convirtieron en escuelas de formación política y defensa personal, para todxs lxs nacidxs del 2000 para arriba esta fue su primera huelga, y para muchos de los nacidos a partir de 1994 igual, el mayor número de aprehendidos está entre los 15 – 24 años de edad.
El Movimiento Indígena se consolida como la principal fuerza política y social del Ecuador y nos abren el camino para continuar organizándonos en la liberación del Fondo Monetario Internacional, los malos gobiernos y el extractivismo.
La gente de lucha se regresó a sus territorios, los allanamientos a viviendas no paran, se fijan fechas de audiencias, se dictan sentencias como el caso del estudiante de medicina de la Universidad de Cuenca Pablo Correa, que acaba de ser sentenciado el viernes 18 de octubre a 4 meses de prisión.
Los colectivos y comunidades retoman sus apuestas organizativas y el pueblo ecuatoriano queda atento al nuevo decreto presidencial, esperando que ahora sí los ricos asuman su responsabilidad y el Estado actúe en la redistribución de la riqueza y el freno a los privilegios, pero como no lo van hacer, las calles y campos en poco tiempo volverán a ser los escenarios de lucha popular anticapitalista.
¡Que vía la Rebelión de Octubre!