Nebot sube al tren presidencial

151018Editorial
Lunes 15 de Octubre de 2018

Cumpliendo con la agenda pactada entre el gobierno y la oligarquía, Jaime Nebot se alista a subir al “tren presidencial”, tan populista e irresponsable como el que Moreno prometió a la oligarquía en las fiestas de Guayaquil. Por eso, con la usual ligereza que caracteriza al presidente, en el acto realizado con motivo del 198 aniversario de la independencia de Guayaquil, se dio el movimiento de las fichas que determinará el tablero político los años por venir: Cynthia Viteri alcaldesa de Guayaquil, Nebot presidente.

En este punto no es secreto que existe una alianza entre lo que queda de Alianza País (AP), y el fortalecido Partido Social Cristiano (PSC): estructuras electorales que caminan hacia la entrega del aparato estatal a la derecha y a los sectores bancarios, mediáticos, importadores y exportadores,  quienes, de una manera u otra, confluyen en la repartición del aparato burocrático.  

Por eso, en el acto presidido por Nebot  - acompañado por segundo año consecutivo por Moreno - se prendieron las calderas del tren y en su discurso e interacciones con la masa, operó la transición desde el festejo cívico hacia al evento electoral.

Y aunque la apuesta personal de Nebot simula no ser clara, si lo está, y por esto ya arrancó la campaña del PSC anclado al discurso anti-Correa de retorno neoliberal, el que confunde el odio personal con lo ideológico de forma deliberada para engañar a las masas, planteando desarmar el Estado de derecho con el fin de dar  garantías a empresarios e inversionistas internacionales.

El aclamado “modelo exitoso” de Guayaquil - que no es más que un régimen de cotillón fundado sobre la ignorancia que de forma sistemática ha generado las élites locales y los políticos -  pretende mostrarse como la solución efectiva al “desastre” económico que heredó el gobierno de Moreno y la oligarquía, repitiendo la estrategia que consolidó a León Febres Cordero en la alcaldía de Guayaquil.

Guayaquil es el feudo principal del PSC, de sus mafias y matones, del lavado de dinero y el narcotráfico que mantiene adormecida a una de las ciudades referentes de nuestra patria, puerto siempre de avanzada, que se consolidó históricamente como uno de los principales rincones de resistencia anti oligárquica. Hoy, lamentablemente, las más de dos décadas social cristianas, nos alertan sobre el oscuro futuro que le espera al Ecuador en el caso que Nebot asuma la presidencia, en el 2019, o después.

Moreno no solo celebró la importancia de la administración social cristiana, sino que también abrió públicamente el camino hacia su relevo, pese a las críticas de sus partidarios, quienes apuestan por alianzas con Democracia Sí o Centro Democrático en un pretendido frente de centro, lo que confirma el estado calamitoso cercano a la extinción política en el que se encuentra AP.

Como sabiendo que no le queda mucho tiempo y en contradicción con su propio discurso de crisis económica, Moreno ofrece cosas que sabe que no va a cumplir – total - ya se va. Más no pierde la oportunidad para dejar claro en dónde están sus afectos cuando invitó a Nebot y sus partidarios a ser los primeros pasajeros de esta ruta reaccionaria con dirección al neoliberalismo, ruta en la que el pueblo se doblega o resiste.  

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